Un relato de 180 palabras
Siempre anduve con palabras llanas, torpes, tontas… Y me sentía ajeno,
distante, desmotivado, vacío… Ya casi había aceptado que ese era el destino
inexorable de mi vida cuando un buen día, inesperadamente, se me acercó una
palabra distinta que parecía algo más interesante:
- ¡Antropocéntrico…!
Aquella palabra compuesta, esdrújula y grandilocuente se había dirigido a
mí con toda su ironía erudita. Cuestionando mi autosuficiencia… Pero se me
antojó triste. Desamparada. Obsesiva. Sesgada. Abandonada… Como si hubiera huido de algún
viejo libro de filosofía que ya nadie leía… Y le dije:
- Gatita. Ven aquí. ¿Quieres que te enseñe
mi punto de acumulación?
No se sonrojó. Ni pareció sorprendida. Se sentó sobre mi diccionario y se
quedó allí, en silencio, mirándome a los ojos… Esperando, tal vez, participar
en mi próxima frase… O acaso imaginándose como la protagonista de mi nuevo relato…
Y allí se quedó. Controlando mis palabras. Dominando mi inconsciente.
Haciéndome perder la perspectiva: ‘Soy tu esclava verbal’, me decía con
frecuencia. ‘Soy toda tuya’. ‘¡Úsame…!’.
Así fue como empezó todo. Os lo juro. Debéis creerme. Todo fue cosa de
ella…
Narciuß
31.07.2008
Relatos por palabras
No hay comentarios:
Publicar un comentario